De compras en la farmacia del pueblo
Una dama ingresa a una pequeña farmacia del pueblo y le pide al farmacéutico:
– Por favor, quisiera comprar arsénico.
Dado que el arsénico es muy tóxico y letal, el farmacéutico le dijo que no podría venderle ese producto, pero quiso saber más que uso le daría y le preguntó:
– ¿Y para qué querría la señora comprar arsénico?
– Para matar a mi marido.
– !Ah, caramba! Lamentablemente para ese fin no puedo vendérselo.
La mujer sin decir palabra abre la cartera y saca una fotografía del marido haciendo el -a m o r- con la mujer del farmacéutico.
– !Mil disculpas!, dice el farmacéutico, no sabía que usted tenía receta.
Chistes de infidelidad
- Tienen a la mujer que todos quisieran
- Mi esposo lleva 3 días bañándose
- Todo es cuestión de enfoque
- He conseguido que mi novio me hable de matrimonio
- Ahí viene mi papi con la mujer que nos lo quitó