Pepito y Jaimito de Cacería en el bosque
Pepito y Jaimito se fueron de cacería y mientras caminaban en el bosque éste le iba haciendo el siguiente reclamo:
– Pepito, ya estoy cansado que cuando sales a buscar mujeres al antro uses mi nombre en vez del tuyo.
– Jaimito, no seas delicado, sólo lo hice un par de veces y lo hice solo para proteger mi identidad.
– No Pepito, eso no está bien, más una vez me has metido en aprietos con mi esposa, yo estoy seguro de que a ti no te que gustaría que te hicieran lo mismo.
– Ya Jaimito, esta bien, ya no lo haré más, ultimamente andas muy delicada, además hemos venido de cacería para distraernos de los problemas de la vida diaria y tú vienes a sacar esas tonterías acá, hay que apurarnos porque nos va a caer la tormenta y el carro está muy lejos.
– Está bien Pepito, algún día haré lo mismo y espero no estar escuchando tus quejas.
En eso empieza una tormenta y ambos corren a una hacienda cercana para pedir refugio, al llegar a esta lo recibe una atractiva mujer en la puerta.
– Pepito dijo: Buenas noches, señora disculpe la molestia a esta hora, pero mi amigo y yo estamos lejos de casa y con esta tormenta es peligroso manejar por la carretera, queríamos ver si nos podía dar morada esta noche en su casa.
– Me encantaría poder ayudarlos, pero acabo de enviudar hace poco y mis vecinos son extremadamente chismosos imagínense todo lo que van a inventar si ven que dos hombres se quedan en mi casa.
Pepito dice:
– Mira señora normalmente no soy tan insistente pero la verdad estamos desesperados y veo que su propiedad es inmensa que le parece si nos quedamos a dormir en el granero y mañana a primera hora nos marchamos.
La mujer accedió a la petición de Pepito y el par de amigos pasaron la noche en la propiedad y se marcharon al día siguiente como lo prometieron.
9 meses después, Pepito recibió una llamada de un número desconocido y contesta:
– Hola, buenos días, si él habla… … En serio no lo puedo creer…
Pepito cuelga a la llamada y le pregunta a Jaimito.
– Recuerdas hace 9 meses el día de la tormenta que nos quedamos a dormir en el granero de aquella mujer viuda.
Y Jaimito contesta:
– Claro que lo recuerdo Pepito esa fue una noche muy especial.
– Esa noche mientras yo dormía a poco te levantaste la noche y fuiste a tener relaciones con ella?
– Así es Pepito, lo hicimos toda la noche.
– Y no me digas que se te ocurrió darle mi nombre en vez del tuyo.
– Así es, le di tu nombre y teléfono, a poco te vas a quejar ahora.
– No, para nada muchas gracias, acaba de hablar su abogado, la mujer murió y me dejó toda su herencia a mi nombre.
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